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Poesías

ESTRAFALARIO, ESTRAMBÓTICO Y RIDÍCULO

ESTRAFALARIO, ESTRAMBÓTICO Y RIDÍCULO

Quiero pompas de jabón que se exploten sin aguja

y quiero barrer mi casa con la escoba de una bruja;

quiero ser estrafalario, estrambótico y ridículo

y que esté certificado y se lea en mi currículo.

 

Tengo seis gatos sin uñas y catorce endecasílabos,

una dama que me calma cuando pierdo los estribos,

más de treinta años vividos sin tener que hacer esfuerzo,

tres comidas, doce cenas (y ya me comí el almuerzo);

Me compré una cafetera, pero me han cortado el agua,

en este asolado averno no sé dónde está la fragua.

Quiero haches como hachas en holvido y en hamor,

en hespecias y en el horo y en el heuro y en su holor;

quiero ser estrafalario, estrambótico y ridículo

y que esté certificado y se lea en mi currículo.

 

Aprendí que los sombreros hacen sombra a los poetas

al igual que los sostenes no me dejan ver tus tetas;

y tus tetas, tan inmensas, no me dejan ver tus ojos;

y tus ojos, tan eternos, me dejan los labios cojos.

Me enseñaron que los mapas eran trozos de papel,

mas no me hicieron un croquis para llevarte a un motel,

ni regalan coordenadas de tus puntos cardinales

en tiendas de contrabando de los barrios marginales;

te busqué en los calendarios, pero no encontré tu santo

y me fui desnudo todo para curarme de espanto;

quiero ser estrafalario, estrambótico y ridículo

y que esté certificado y se lea en mi currículo.

 

Dado todo lo que tengo, me quedé por fin sin nada

y robando lo que pude, me gané alguna patada;

recorrí contenedores sin buscar nada en concreto,

encontré una vida abstracta para mi fiel esqueleto.

Llevo un casco en la cabeza por los golpes del destino

y una sábana por capa de un azul ya blanquecino,

hago topless de corbata treinta y un días al mes

y nunca cedo mi asiento, pues detesto ser cortés.

Quiero ser raro, chocante, un poco desaliñado;

quiero ser un poco alegre y una pizca avinagrado;

quiero ser extravagante, vagabundo, desastroso,

otra pizca oso amoroso y un pelín afrancesado;

quiero ser estrafalario, estrambótico y ridículo

y que esté certificado y se lea en mi currículo.

DE MÁS

DE MÁS

La vela corta el roble de tu sombra con su cuchillo tenue anaranjado,

yo sigo aquí, sentado, y soy consciente de que el hoy es a veces el futuro.

Mañana no era tarde para juntar nuestros labios, ni ayer será temprano.

Afuera, quizás nieva, pongamos que caen copos que no saben

nada sobre el calor de nuestro hogar.

Hoy un abrazo, tan sólo, nos ha servido para hacernos el amor; y sobran las palabras

muchas veces, en especial aquellas que están de más - claro -

y aquellas que impiden terminar este poema con un beso.

CONTRA UN MUNDO DE DRAGONES

CONTRA UN MUNDO DE DRAGONES

No te ahogues en un vaso

si es de agua y no de güisqui,

si sus hielos te congelan

la sonrisa hasta mañana;

no me digas que parece,

porque puede parecerte

que, sea como sea, estén

haciendo el amor tus verbos;

no transmiten por la radio

nuestro ardor, nuestro partido,

ni tampoco nuestros goles,

ni ese final que se anuncia

sin pitido.

 

Hartos de las negaciones,

decidimos poner calma,

darnos besos y besarnos

de la frente hasta la espalda.

Y rimando en asonante

descubrimos un sendero

que no es que llegue hasta el cielo,

pero que en el cielo cabe:

un ladrón de guante blanco

y una princesa encantada,

como un Robin Hood sin arco

o un Guillermo Tell y un niño

sin manzana,

así, como dos historias

contra un mundo de dragones,

nos metemos en la cama

acallando nuestras voces;

en la noria

giran, giran (vueltas,

          vueltas,              vueltas,

                     vueltas),

como si fuesen eternas,

nuestras llamas.

ECHÓ EL CANDADO

ECHÓ EL CANDADO

Ganó tres alfileres y una gota

de sangre en el meñique;

firmó el papel, dejándolo por nota:

“cierro por vacaciones la boutique”.

 

Cerró; echó el candado y, cual gaviota

con un gesto alfeñique,

voló del vaso tibio al alambique,

botando como bota una pelota.

 

Sus ojos fueron cuatro eternamente,

sus huellas de culebra,

su sitio preferido fue Ginebra;

 

la tónica, recuerdo vagamente,

era sentirse al borde de la quiebra,

bañando su nostalgia en aguardiente.

UNA PALABRA TUYA

UNA PALABRA TUYA

Tan sólo una palabra

tuya al oído

llena mi corazón

de escalofríos.

 

Tiembla mi corazón

de escalofríos

si una palabra tuya

llega a mi ombligo.

 

Tan sólo una palabra

de rebeldía

levantará mi puño

hacia la vida.

 

Levantaré mi puño

hasta los cielos

si una palabra tuya

llega a mis huesos.

 

Tan sólo una palabra

tuya, princesa,

y mataré dragones

que te atormentan.

 

Y mataré dragones

por ti, princesa,

si con una palabra

hoy tú me besas.

NO ME HABLES QUE NO TE ESCUCHO

NO ME HABLES QUE NO TE ESCUCHO

SORDETO O SONETONE

 

Un soneto tan sordo que es callado

pero debes gritar por que te escuche,

que guardó sus orejas en estuche,

susurrando en el tímpano cerrado;

 

un soneto silente y aparcado

a la sombra tenaz de un acebuche,

cuando sueña agarrado a su peluche

puede oír la voz de alguien a su lado.

 

Era una trompetilla haciendo ruido

– ¿cómo dice?, repita, hable más alto –,

era a veces un poco impertinente.

 

Se tiró desde el puente del sonido

– no sé si dijo brinco o dijo salto –;

y no fue capitán, que era teniente.

MUDETO

 

Hoy tengo como un mudo en la garganta,

hhh hhhh hhhhhh hhhhh h hhhhhh,

hhhhhhhh, hh hhhhhh hh hh hhhhhh,

hh hh hhhhhh hh hhhhhhh hh hh hhhh,

 

Hhhhhh hhhhhh hhhh hh hhh hhhhhh

hhh, hhh, hh, hhhhh hhhhhhhhhhh h hhhh,

hhhhhhhh, hh hhhhhh hhhhhh h hhhhh;

hh hh hhhhhh hh hhhhhhhhh hh hhhhhh.

 

Hhhhhhhh, hh hhhhhh hhhhhhhh hhhhhh.

Hhh, hhh, hh, hhhh hhh hhh hhhhh,

hhhhhh hh hhhh h hhhhhhhhh hhhhhh hh;

 

hhh hhh hhhhhhh hhhhhhhhh h hhhh,

hhh hhhhhh hhhh hhhhhh, hhhh hhhhhh;

y podría seguir, mas no me escuchan.

LA MIRADA

LA MIRADA

Desde aquí veo las montañas de Gijón y bailo

en las nieves de sus picos;

desde aquí huelo las rosas rojas de tu jardín en Cuzco

y la tarta de manzana de la señora de esa esquina de Azuqueca;

desde aquí palpo las mejillas suavitas

de aquellos trillizos de Ruanda

y siento en las yemas de mis dedos

el calor del Vesubio;

desde aquí le hablo al árbol más viejo de Central Park,

y al más joven, y me escuchan los sueños

con papagayos y mantas que abrigan en todos los agujeros;

desde aquí oigo a tu padre contarme el cuento

de antes de dormir y a tu hijo llorarme la incipiente

salida de uno de sus dientes, allá en vuestro París;

desde aquí, en mi Sao Paulo, saboreo las vidas

a las que no llego a vivir por mí misma, porque no soy tan alta,

ni tan lista, ni tan guapa, y tampoco tengo escalera

o taburete, para subir y llegar a los frutos de esas vidas;

sin embargo, consigo probar su néctar con mi voz y mis sentidos,

porque poseo mi mirada;

sí, tengo La Mirada, y en el mar en que navega,

no hay pirata que se atreva a robarla.

 

 

NUEVO DOCUMENTO DE TEXTO, DE RAFAEL SARMENTERO

NUEVO DOCUMENTO DE TEXTO, DE RAFAEL SARMENTERO

Nací guapo, bien y pronto,          

8 AM, ochomesino,

lo primero que yo dije

ya era un verso alejandrino.

 

 (...)

 

Fue por tanto ese momento en

que empecé a escribir novela;

la virtud de la poesía es

que cabía en una esquela.

 

(...)

 

Adopté el Romanticismo

sin saber lo que era aquello;

luego supe que era un niño

que te agarra por el cuello.

 

Y odié a Bécquer y odié el Mundo y

me casé con Espronceda;

de las tardes de instituto, e-

so es lo poco que me queda.

 

(...)

 

El pasado me ha servido

para estar en el presente;

aunque no es un gran partido,

de momento, es suficiente.

Y la vida por delante

me la dejo en el tintero,

pero lo único importante

es que yo también te quiero.

 

Rafael Sarmentero. Biografía

 

     

No, no os voy a contar el Cuento de María Sarmiento, sino el de Rafael Sarmentero, que es de verdad. Hace ya unos años, Rafa lanzó una piedra, la primera, escribiendo:

 

Da igaul lo que ecrsiba,

udteses sempire lreeán

lo que les vegna en gnaa.

Poco después, escupió una duda: ¿Quién es mejor: Borges o yo? y, como no podía ser de otro modo, se declaró justo vencedor. A partir de ahí todo fueron elogios: Sin problema; su estupendo poema Biografía; Yo soy Dios... y varias poesías más que me hubiese encantado encontrar en su primera obra impresa: Me equivoco, luego existo, Cursilario, Simple de amor, Marta Noviembre (ésta no está porque es demasiado reciente), Con el pelo juegas, pelo, etc. Entre ellas, echo especialmente en falta - no porque sea la mejor, sino por cuestiones cerrolatianas - la que sigue:

Visto y no visto

Un soneto, sin “ne”, se vuelve un soto,

un soto que podría ser un seto,

un seto que supero por el reto,

el reto de anunciar que ya está roto.

 

El roto, en cierto modo, es este rito,

un rito que me hará pasar el rato,

el rato cuyo tránsito es muy grato

y es grato porque alivia como un grito.

 

El grito ha de seguir, como hace el grifo,

el grifo de los párrafos que rifo,

que rifo, aunque es mi angustia quien los rifa,

 

los rifa, comercial, como la grifa,

la grifa que me causa tanta grima,

la grima que me brinda al fin la rima.

 

Rafael Sarmentero combina su perfección en la melodía y su creatividad juguetona con una vena macarra, chulesca, vacilona que, como él diría, “es una pasada”. En Nuevo Documento de Texto sí que podréis encontrar: Metamorfosis, Sociografía, Autoindefinido, Al fin como al principio, Sustantivos infrecuentes... y muchos más poemas con estrofas sobresalientes, algunos que son puro juego literario y otros todo desparpajo y mezcla de corazón con razón. Sí, creo que es una buena manera de definirle como escritor.

 

Al igual que la semana pasada os aconsejé el nuevo libro de César Ulla, hoy os recomiendo este regalo de Rafael Sarmentero, poeta y caballero.

 

 

La Estudiante, el Metrosexual, el Otro y yo

 

La estudiante preside el autobús.

Para ella somos súbditos,

peleles que veneran su excelencia.

Es consciente de su imponente físico,

de los ojos que ocupan su figura.

Se pavonea con la boca llena

de sonrisas vacías.

 

El metrosexual

estila su fachada en el gimnasio.

Se peina con gomina las dendritas.

Selecciona su esencia

con vana trascendencia.

Le preocupan la caspa y los zapatos

y domina los piercings.

 

El otro, uno de tantos,

se aplica cada día en su trabajo.

Sufraga los excesos de sus jefes.

Y cuando llega el sábado,

cultiva su alter ciego en discotecas.

Descubre que es feliz

el domingo a las cinco de la tarde.

 

Y por desgracia, yo,

que aún no sé vivir sin entenderlos,

desprecio a la estudiante,

me pasmo ante el buqué del narcisista,

bostezo ante el autómata

y siento por sus tres simplicidades

esta especie de envidia.

 

 

La Vida

 

Oro parece;

plata, no es;

la vida es cala;

la vida es conde;

la vida es mera;

la vida es cama;

la vida es capa;

la muerte es pera.

 

De los Simios

 

Prepararon el viaje durante varios siglos

estudiando la ruta hasta el mínimo amstrong;

repasaron los datos por enésima vez

y cualquier contratiempo parecía imposible.

 

Los soles que avistaron todavía no existen,

ni ha nacido el artista capaz de imaginarlos;

los agujeros negros y demás accidentes

durmieron en un pliego de su mapa sidéreo.

 

Finalmente el vigía gritó: ¡Tierra a la vista!

Y el azul de la vida irrumpió en sus consolas.

Qué fracaso de historia.

Vinieron a La Tierra buscando inteligencia

y encontraron personas.

 

 

 

Rafael Sarmentero. 2008. Nuevo Documento de Texto.

  • Se puede adquirir solicitándolo por e-mail

(Indicar dirección postal y cantidad de libros deseada. Precio: 7,49 Euros + gastos de envío).

PARAÍSOS MÚLTIPLES, DE CÉSAR ULLA

PARAÍSOS MÚLTIPLES, DE CÉSAR ULLA

Supongo que, igual que yo, tenéis varios poetas que os encantan y, supongo que, igual que a mí, os ocurre que entre ellos hay unos cuantos más que conocidos y otros que consideráis verdaderos descubrimientos porque no son famosos, de momento, son casi como un secreto. A mí me ocurre con muchos: Espuma, Perseida, Chus, Lau, Javi, Rafael Sarmentero, Diego Jerez, César Ulla, Supalí, Agustín Sánchez Antequera, Lurdena, Francisco M. Ortega, Francisco Cenamor... A la mayoría los he descubierto a través de blogs y, con el paso del tiempo, he podido disfrutar de los primeros libros de algunos de ellos; y es un fastidio, porque, aunque te alegras muchísimo por ellos, piensas que se te escapa uno de esos secretos que tan bien guardados tenías.

 

Pues bueno, el caso es que por fin tengo en mis manos Paraísos múltiples, un libro que tuve la suerte de ojear unos meses antes de nacer, cuando sólo era un embrión; ahora, recién horneado, me sabe a magdalenas con pepitas de chocolate cuando lo leo mientras me tomo el café de la mañana.

 

A César Ulla le dio el punto un día y pensó: “voy a organizar un concierto de Poesía” y así lleva ya tres años, ofreciendo en Toledo el Encuentro de los Argonautas, donde convierte un recital de poesía en una actuación: músicos cantando versos, un jefe de cocina invitando a los comensales a comer poesía y poemas, claro, muchos poemas rimados y sin rimar, clásicos y modernos, de un grupo de amigos de una noche y amigos de muchos años que va desde los quince años hasta los ochenta y nueve, imaginad la variedad; unos recitan, otros gritan, alguno se atreve a leer en Sirio y el de al lado le traduce, cualquiera canta y al Cerro, claro, se le lengua la traba.

 

Y ahora puedo recordar esos encuentros, y soñar los que vendrán, leyendo versos como los que siguen:

 

     ACRÓSTICO III

 

     Sucede que mi ojo derecho llora

     Una vez al día al menos.

     Cada lágrima que de él se escapa

   En mil palomas mensajeras se transforma.

     Sucede que el izquierdo tiene envidia,

     Imagina con sarcasmo que son gotas,

    Oscuras gotas de alcohol que abrasan,

    Nitrógeno tragado por una retina.

 

    De paso el labio, que nada calla,

    Evidencia que se escapa algo a su vista.

 

    (...)

 

    Sucede que mi ojo derecho sufre

    Inundaciones a diario, goteras,

    Necesito urgentemente un fontanero.

 

    Sucede que mi ojo derecho llora,

    Encuentra triste que te eche de menos.

 

 

    XIV 

    Como dejes de mirarme

    un solo segundo,

    me cortaré las manos.

 

        SI ES UN ERROR AMARTE

 

      Si es un error amarte, lo admito:

      estoy equivocado,

      pero que nadie me robe la euforia

      ni la vida que respiro por quererte.

     Si estoy loco por estar a tu lado, es cierto:

 me ata invisible a ti una camisa de fuerza,

    pero que nadie intente separarnos

    ni romper los lazos que nos unen.

 

    (...)

 

    I

   Si tu cuerpo y el mío

   forman uno solo...

  ¿Cuántos son uno más uno?

 

  VI

  Soñar un mundo perfecto es fácil,

  ¡qué fácil es soñar una utopía!

  La siguiente es mi parada.

 

  XIII

  Deja de mirar cómo llueve fuera

  y coge el maldito teléfono,

  tal vez sea el hombre del tiempo.

 

César Ulla: Paraísos múltiples. 2008, Toledo, Grupo NEDJMA

 

 

 

SÓLO PROSA

SÓLO PROSA

 

Yo te robaré la sombra,

tu belleza no debe rozar el suelo.

Yo besaré tus pisadas,

tus huellas ligeras.

 

No volarás, mariposa,

pueden tus alas hacer un aspaviento,

un amago a tus espaldas,

si llegó la primavera.

 

Pero será sólo prosa,

la máquina de escribir en movimiento,

las teclas intercaladas,

palabras en vena.

 

Poesía pensada airosa,

recuerdos, añoranzas, nostalgia, anhelo.

No podré ver esperanza,

castillos de arena.

 

Porque seré sólo prosa.

UN LIBRO

UN LIBRO

Si escribo un libro, corrige mis faltas

y haz que no muera en polvo, por favor,

que no se amargue en una estantería, échalo

a volar, que viaje lejos hasta un corazón

que lata fuerte y no sepa de mí; como un corzo

corriendo hacia el arroyo huyendo del miedo,

a ratitos me ocupo de esas cosas que a diario

no se perciben porque son una hoja de fresno,

un grano de sal nadando en el mar o un zapato

sin cordones, y pinto mi autorretrato;

deseo que el olvido recuerde no venir.

UN HIJO

UN HIJO

Si tengo un hijo, críalo conmigo

y haz que no grite si no es por vivir; como ayer

que no había sonrisas sin payasos ni columpios,

me parece a mí; con las ceras de Manley

se pintaba un arco iris bajo la luna de tu casa

en diez minutos, y era real. ¿Qué es lo que quiero?

no tener el tiempo atado a la muñeca

y parar para amarte en cada abrevadero

como un par de caballos imprudentes

con la crin suelta al viento, desatados;

deseo que el invierno no llegue hoy aquí.

UN ÁRBOL

UN ÁRBOL

Si planto un árbol, dame algo de savia

y clorofila que respire de ti; como un pez

que sin sus branquias se asfixia y se consume

me siento yo aquí; con mis anzuelos de papel,

sin coletazos de alegría luchando contra mil cañas

a destajo; que aquí abajo, en mi agujero

no consigo echar raíces ni florecen los manzanos,

asustados porque están llenos de miedo.

Como un rey de copas de tronco grueso

con una sota de cualquier palo llena de besos,

deseo que hoy la muerte no se fije en mí.

DISPAROS

DISPAROS

Cuando disparo al viento hiero las gotas

de tu mirada fresca y tu suspiro;

 

cuando disparo un verso, soy un papiro;

 

cuando ametrallo el odio, ato mis botas;

ato fuerte mis botas, ¿no lo notas?,

comienzo a caminar y ya respiro;

 

a vueltas otra vez, un nuevo giro,

el puerto es una nube de gaviotas,

apunto al viento, al verso, al odio todo;

disparo nuevamente, pero fallo;

 

y quedo ensimismado por mi suerte,

descubro por azar que ando beodo;

dejo de disparar, y ya me callo.

IMPROVISANDO

IMPROVISANDO

Improvisamos.

 

Durante la madrugada

bajo esferas de luciérnagas insomnes

y rayos intermitentes de automóviles

que hacían temblar nuestras sombras gemelas.

 

Improvisamos.

 

Hasta el tercer piso escondido,

encima de un colchón mudo de ansias

engordamos pasiones de jóvenes carnívoros.

¿Un cigarro? Prendimos la madera

cuando el blanco compra sudores

y los gemidos se vuelven sonrisas y guiños.

 

Improvisamos.

 

¿Me llamarás? Pasaron varias semanas

desde que la juventud maduró en dos cuerpos,

entonces un ring, silenciosa flecha, y decidimos

dejar la improvisación donde la esquina

juega a la papiroflexia

para dar paso a la memoria distraída

y arrancarnos, de nuevo, unas primeras caricias.

LA OTRA NOCHE

LA OTRA NOCHE I

Despierte el alma el recuerdo,

tranquilo, lento, pausado,

de tus ojos;

que tu manzana no muerdo,

ni las flores han llenado

besos rojos;

 

que se me fueron los días

y se me ha escapado el aire

por tu amor;

que no recibo alegrías,

ni es de recibo el donaire

sin color.

II

Las cigüeñas han pasado,

desviadas de su rumbo,

por Chad hoy;

París, dicen, ha llorado;

ante el asombro me tumbo,

y así estoy.

 

Horizontal veo el viento

caminando hacia las nubes

de pasada;

desde mi cama me invento

que tú hacia mi cuarto subes

como un hada.

 

III

Nunca pasó lo que vino

ni llegó a pasar lo nuevo

de una vez,

nunca encontré mi destino,

mas pasé por Sarajevo,

guerras diez.

 

Sé que no existen miradas,

ni caricias sin tus manos,

cabalgando,

ni habrá mar sin tus pisadas,

sigo tus besos cercanos

deseando.

IV

Que tus besos están cerca,

tan cerca que se han pegado

como un sello,

como el tornillo a su tuerca,

o la horquilla deja atado

tu cabello.

 

Que los huesos se me calan

al tocar tu piel de avena

y avellana;

que por mis piernas escalan

cinco dedos de cayena

a la aduana.

V

¿Cuántas cosquillas dormidas,

bostezando en la mañana,

despertamos?

¿Cuántas sábanas vencidas,

que nos silbaban la nana,

arrugamos?

 

¿Qué fue del despertador,

de las horas de trabajo?

¿Se marcharon?

Fue que nos quemó el calor

y los besos a destajo

nos calaron.

VI

Fue tu miel de contrabando,

fueron tus uñas en guerra

con el hielo;

que nos fuimos acercando

hasta el centro de la tierra

y hasta el cielo.

 

Fue un invierno a bocajarro,

fueron bufanda, jarabe

y manopla;

fue el verano y fue el cigarro;

tanto fue que ahora no cabe

en mi copla.

PASO A PASO (Soneto Asonantísimo)

PASO A PASO (Soneto Asonantísimo)

Los pies dejan sus huellas en el suelo,

luchan dos ordinales contra un templo:

primero va el derecho y, por derecho,

segundo va el izquierdo y ya es primero;

 

será después el último el izquierdo,

el zurdo, el tuerto, el bizco en el manejo,

y ahora el diestro vuelve a ser siniestro,

que es sombra azucarada del infierno;

 

entonces, en el límite del tiempo,

cuando la rima sigue, verso a verso,

se paran y se escucha un gran silencio:

 

los dedos apuntando al firmamento,

las uñas ven cumpliéndose su sueño,

los pies han decidido darse un beso.

                                                                     

* El cuadro es de Susana Soto Poblette

EL PASO HERIDO, DE DIEGO JEREZ

EL PASO HERIDO, DE DIEGO JEREZ

Sabía que la primera publicación de Diego Jerez era inminente, así que le envié un sms felicitándole y excusándome por no poder ir a la consiguiente presentación del libro debido a que Almería, su tierra, me pillaba un poco lejos. Dieguito, siempre tan amable conmigo, me contestó: "Tranquilo, Cerro, por ti soy capaz de presentar en tu ciudad y hacer que mis parientes, amigos y fans se hagan unos seiscientos kilómetros de carretera". Y así fue como Diego Jerez, el de Almería, dejó con los dientes largos a su Mojácar y presentó su libro El Paso Herido en mi Toledo, justo al lado de la Catedral, lugar donde le dio el punto de apacar su choche. En fin, cosas que tienen los buenos amigos... vamos, que me tocó ir al recital.

La presentación estuvo muy pero que muy bien, en especial los vinitos y la suculenta cena a la que nos invitó tras ella; también disfruté mucho junto con Pokito y Pakito leyendo varios poemas de otros autores que no eran Diego y charlando con la gente tan maja y salá que allí se congregó (un beso a cada uno). Lo pasamos de miedo, la verdad. No veáis qué risas cuando al ir con Diego a montar a su coche, éste, como si de un verso corregido de un soneto se tratase, había transmutado en pegatina de "Grua".  

En cuanto al libro, bueno, ¿qué queréis que os diga? Opté por robarlo y hacer que el autor me lo firmase, que nunca se sabe lo que un libro autografiado puede llegar a valer en Ebay. Vosotros sed buenos y compradlo, es de la Biblioteca CYH.

Aquí abajo os dejo dos magníficas muestras de las manitas y el corazón que tiene Diego Jerez, comprobaréis al leerle por qué no me hace falta hablar sobre su libro o sobre la alegría que siento al ver que le han publicado, ¡que ya era hora!

 

ESCRIBO A MEDIA LUZ                 

Escribo a media luz, a medio aliento,

a medio paso de tu imagen clara,

y cierro los ojos para no verte.

Y así te sueño a oscuras, y te invento

distante al ruego de mi voz avara,

dormida y misma, pero sin tenerte.

 

Escribo a media lágrima del llanto,

a media vida casi, a media muerte,

temiéndote alejada de mis horas...

y susurro a veces - ¡te quiero tanto! -,

entonces temo que tu voz despierte

y pregunte - ¿Cariño, por qué lloras?

 

  LA INVITACIÓN

¿Quieres pasar? La noche está callada...

Escucha el leve son de nuestro aliento

y el beso que promete sobre el viento

la muda excitación de tu mirada.

 

La sed la ha de calmar la madrugada.

Quitémonos la piel de puro intento.

- Los dos sabemos que éste es el momento. -

Hagamos el amor... no digas nada.

 

 

 

 

                                  

 

PASADO FUE Y HOY ES DUDA

PASADO FUE Y HOY ES DUDA Pasado fue y hoy es duda
para dos desconocidos en el vagón, tan juntos
como perdidas bailan sus miradas
desde un libro hasta unas piernas,
desde un despertador hasta el hambre en el estómago.

Tiemblan las rodillas ante el deseo
en el desayuno con zumo y periódico:
la sopa de letras termina con tu nombre a cada línea
y el sudoku marca siempre tu número.
Mientras, solo, nuestro cachorro muerde tu ropa
y juega a ser el rey de las mesas y a armar los muebles de Ikea,
porque sabe que uno vale siete y la vida es corta.

El traqueteo invade los cuerpos,
nadie mira cara a cara, pero observan;
el día ya se ha puesto, se nos pasó la parada,
y no importan unos minutos de retraso bajo la Luna techada,
sobre estrellas que suben escaleras mecánicas.

Pasado fue y hoy es sólo un ticket
para llegar a la salida agarrados de la mano.

TORPEZA

TORPEZA  

Cuidado no camines delante de mis ojos

no vaya a tropezarme mirando tus andares,

cuidado no me beses con esos labios rojos

que soy capaz de ahogarme en tu boca de mares;

y no es que no pretenda ser tu fiel pretendiente,

tampoco es que no quiera poder querer quererte,

tan sólo es que soy torpe como un pobre torpedo

que no explota y no explota, aunque ha caído al suelo.

 

Me dices que me calle, que quieres más acción

que te vas al trabajo si doy pie a la razón,

que ya tienes marido que te cante cuarenta

o más cosas insulsas, que perdiste la cuenta,

que lo que te apetece es disfrutar los cuerpos,

que me tape la boca jugando con tus senos;

 

y no es que yo desee nadar contracorriente

pero, cariño mío, me siento diferente

quizá estoy algo obtuso, quizás convaleciente,

pero es que no me pongo, y me siento impotente;

quizá soy sólo torpe como un pobre torpedo

que no explota y no explota, aunque cayó del cielo.

 

Te vistes aburrida de tanta palabreja;

me dices soprendida: ¿acaso me ves vieja?,

¿acaso no comprendes lo que es una aventura?,

¿acaso es que prefieres ser célibe cual cura?,

¿acaso sientes algo profundo en tu interior?,

porque, Gonzalo, nunca hemos hablaó de amor.

 

Y no es que ahora, carajo, me sienta adolescente,

me cosquilleen las tripas, te vea constantemente,

tan sólo es un mal día, una mala mañana,

espero que no dure más de una o dos semanas.

Será que mi torpeza, como en cualquier torpedo,

borracha de cerveza, explota a medio tiempo;

será que la torpeza se me volvió tan loca

que salto de oca en oca y ya no me provocas.

 

Yo que hice seminarios y másters en Santiago

sobre amores eternos efímeros cerrados;

yo que no quise nunca amar constantemente,

me siento tan sentado, pensando transparente;

será que mi torpeza me hizo enamorarme

de mi mujer, cariño, y ahora voy a marcharme

con ella, con sus manos, y tú ya no me esperes,

lo siento pero ella, quizás, aún me quiere.