UN ÁRBOL
Si planto un árbol, dame algo de savia
y clorofila que respire de ti; como un pez
que sin sus branquias se asfixia y se consume
me siento yo aquí; con mis anzuelos de papel,
sin coletazos de alegría luchando contra mil cañas
a destajo; que aquí abajo, en mi agujero
no consigo echar raíces ni florecen los manzanos,
asustados porque están llenos de miedo.
Como un rey de copas de tronco grueso
con una sota de cualquier palo llena de besos,
deseo que hoy la muerte no se fije en mí.
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