IMPROVISANDO
Improvisamos.
Durante la madrugada
bajo esferas de luciérnagas insomnes
y rayos intermitentes de automóviles
que hacían temblar nuestras sombras gemelas.
Improvisamos.
Hasta el tercer piso escondido,
encima de un colchón mudo de ansias
engordamos pasiones de jóvenes carnívoros.
¿Un cigarro? Prendimos la madera
cuando el blanco compra sudores
y los gemidos se vuelven sonrisas y guiños.
Improvisamos.
¿Me llamarás? Pasaron varias semanas
desde que la juventud maduró en dos cuerpos,
entonces un ring, silenciosa flecha, y decidimos
dejar la improvisación donde la esquina
juega a la papiroflexia
para dar paso a la memoria distraída
y arrancarnos, de nuevo, unas primeras caricias.
2 comentarios
cERRO -
El empecinado -
Un abrazo.