CONTRA UN MUNDO DE DRAGONES
No te ahogues en un vaso
si es de agua y no de güisqui,
si sus hielos te congelan
la sonrisa hasta mañana;
no me digas que parece,
porque puede parecerte
que, sea como sea, estén
haciendo el amor tus verbos;
no transmiten por la radio
nuestro ardor, nuestro partido,
ni tampoco nuestros goles,
ni ese final que se anuncia
sin pitido.
Hartos de las negaciones,
decidimos poner calma,
darnos besos y besarnos
de la frente hasta la espalda.
Y rimando en asonante
descubrimos un sendero
que no es que llegue hasta el cielo,
pero que en el cielo cabe:
un ladrón de guante blanco
y una princesa encantada,
como un Robin Hood sin arco
o un Guillermo Tell y un niño
sin manzana,
así, como dos historias
contra un mundo de dragones,
nos metemos en la cama
acallando nuestras voces;
en la noria
giran, giran (vueltas,
vueltas, vueltas,
vueltas),
como si fuesen eternas,
nuestras llamas.
6 comentarios
cagalastimas -
Un saludo más extensivo que el de Juan.
Cerro -
Anónimo -
saludos.
Espuma -
Hoy he decidido visitar blogs de todo quinqui y heme aqui, sin acentos porque mi ordenador asi lo dispone y no quiere que ponga acentos, y si el ordenado lo dispone... :-(
Sigues escribiendo maravillosamente, mira tu.
un placer.
María Luján -
Té la mà Maria -
Prometo escribiros, pañuelos que se pierden en el horizonte, risas que palidecen, rostros que caen sin peso sobre la hierba húmeda, donde las arañas tejen ahora sus azules telas. En la casa del bosque crujen, de noche, las viejas maderas, el viento agita raídos cortinajes, entra sólo la luna a través de las grietas. Los espejos silenciosos, ahora, qué grotescos, envenenados peines, manzanas, maleficios, qué olor a cerrado, ahora, qué grotescos. Os echaré de menos, nunca os olvidaré. Pañuelos que se pierden en el horizonte. A lo lejos se oyen golpes secos, uno tras otro los árboles se derrumban. Está en venta el jardín de los cerezos.