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Cerrolaza

COSAS DEL TRANSPORTE PÚBLICO

COSAS DEL TRANSPORTE PÚBLICO

Resulta que el otro día me encontré con Rapunzel, la de las greñas hasta los tobillos, en una parada de autobús, pues va la tipa y me suelta: "chache, me molan tus cachivaches". Mis cachivaches no eran otra cosa que una caja llena de material de oficina, sí, de la mía... ejem, ejem... de la exmía. Acababan de recomendarme para unas vacaciones indefinidas en la puta calle. Y allí estábamos los dos, de pie, yo con mi caja de cartón y ella rebuscando entre las paponadas que contenía mi caja de cartón. Cuando llegó el autobús, ella dijo que me invitaba a un café y, todavía pensando en que ya podría haberlo dicho antes de estar un cuarto de hora esperando en la parada, acepté encantado. Rapunzel era un poco tonta, la verdad, se creía una princesita viviendo un cuento de hadas y dragones; además tenía la voz de pito, casi casi estrepitosa, pero, bueno, cuando me agarró del brazo y me empujó suavemente para que entrase con ella a su portal, hice oídos sordos a sus gritos, y la seguí. Ya dentro de su apartamento, me invitó a unas patatas de bolsa y a una cocacola... A la mañana siguiente me largué antes de que despertase llevando en mi mano un mechón de su pelo.

Mientras esperaba en la parada de autobús, aparece una tal Cenicienta y me pregunta si no tendré en mi caja de cartón un zapatito de cristal, le digo que no creo, que lo busque si quiere y, como quien no quiere la cosa, acabamos descalzos en la cama de un hostal haciéndonos cosquillas en los pies, y en los labios. Al día siguiente, dadas mi negativa a pagar la cuenta y su falta de dinero, me marcho a la parada de autobús mientras ella se queda fregando los suelos.

El maldito autobús seguía sin aparecer y en esto aparece la Bella Durmiente bostezando y se desmaya en mis brazos. Le di un par de tortas en las mejillas para que despertase, pero no había manera, así que, como era delgada y no pesaba mucho, me la llevé en brazos hasta el parque, allí la tumbé y, recordando el cuento, le di unas cuantas cosas más que un beso, para que despertase de todas todas. Y así fue. De hecho, no sólo despertó ella sino también sus deseos de pasar varias noches en vela a mi lado y, bueno, como soy tan caballeroso, pues no pude negarme. Tras la séptima noche en vela, tuve que echarle un par de valerianas en el vino para que se durmiese y me dejase marchar.

Bostezando estaba yo en la parada de autobús, de nuevo, cuando una muchacha me susurra al oído que quiere ser manzana para mi boca. Y así pasé una mañana y una tarde junto a Blancanieves y sus... blancas nieves.

Agotado por tantas chicas hermosas y fogosas, decidí coger un taxi para llegar a casa, cuál no sería mi sorpresa cuando me doy cuenta de que está sujetando la puerta del taxi una señora de muy buen ver y me pide compartir el viaje. Ya con el vehículo en marcha, me cuenta que ella es la jefa de mi ex-jefe, la Presi, que le acaba de despedir y que quiere que yo ocupe su puesto. Miro los ojos de esta Hada Madrina, intentando adivinar la razón que le habría motivado a hacer eso, pero no puedo evitar que mi mirada baje hasta su escote, ella se da cuenta y, excitadísima, se lanza sobre mí y me pide que le haga... unas carreras en sus medias. En fin, ahora soy el Vicepresidente de la empresa, sólo por debajo de ella (aunque a veces por encima) y me he comprado un piso enfrente de las oficinas, para no tener que volver a utilizar el transporte público.

Pues resulta que el otro día, mientras cruzaba la calle...

10 comentarios

Cerro -

Gracias, Galdys y Honey, por pasar pro aquí.

Honey -

Encontré esta pagina por pura casualidad, y la verdad es que mus gustó mucho la historia.

Un Beso

gladys -

Pues lo que son las coincidencias, estaba pensando en lo mismo de Africa, aunque Pinocho... no sé, no sé.

Cerro -

Pues resulta que el otro día...

Un abrazo, África.

Äfrica -

Se me ocurre, después de echar unas risas, que menos mal que los personajes de tu cuento eran todos femeninos.
Imagina que aparecen, en lugar de ellas, el principe valiente y piratilla, o pinocho con su gran nariz, y que quiera llevarte a su casa para mostrarte cómo crece, jajajaja!

Muy buena la historia!


Besos!


Äfrica

Cerro -

Jejeje, gracias, Pablo. Un enorme abrazo.

Pablo -

Cerro, eres un puto genio. (No... demasiado pelota)

Cerro, no está mal (No, no, que se nota que no sé qué decir).

Cerro, está muy bien, aunque yo.. (no, no, no, leches, demasiado crítico).

Ah, coño. ¿Esto se estaba grabando?

Ná, Cerro, que me ha gustao, ea.

Pablo.

Cerro -

Hola, Lau, Pakito será por siempre el cuentero nº2, no puede evitarlo, aunque hace tiempo que dejamos radiopuebla y las actuaciones. El blog hace tiempo que no lo actualizamos. Quizá algún día.

Un abrazo, gracias por pasarte.

Lau -

oye cerro, una duda: Pakito y tú siguen siendo cuenteros? no existen ya en radio puebla? Yo recuerdo haberles leído cuando eran cuenteros, pero aún no sabía quién era pakito, y sólo me sonabas tú. Ahora sé quiénes son ambos, y estoy en busca de aquello que una vez me sonó. Encontré el blog de los cuenteros aquí a la izquierda y tal, pero no está actualizado no?
Bueno, qué cacho pregunta.
Un bezo de quezo

Lau -

jajajaja què bueno cerro, pero qué risa... estas cosas se las cuentas a tus hijos?? jejejej
un besazo, artista