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Cerrolaza

MIGAS SIN RASTRO

MIGAS SIN RASTRO

La puerta de la entrada estaba abierta,

las escaleras bajan hasta un cielo

que está en alerta,

que está en alerta;

me harás picar cien veces en tu anzuelo,

me harás saber si esta velada incierta

te mantendrá despierta,

te mantendrá despierta.

 

Me das una de miel y otra de menta,

me invitas a pasar hasta tu cuarto

y allí me inventas

más de la cuenta;

después de provocarme tres infartos,

después, cuando ha pasado la tormenta,

te vas cual Cenicienta,

te vas cual Cenicienta.

 

La cama es un desierto mientras tanto,

la almohada es como un niño sin juguete,

como un billete

que cae de canto,

como un fantasma que murió de espanto.

 

Me siento como un traje en un armario

con frío, miedo y colgado de ti,

pez sin acuario;

una hache dentro de un abecedario

que, muda, intenta hablar; un adversario

que está solo entre mil

buscando tu mirada sin censuras,

perdiendo el alma, el siglo, la cordura.

 

Vuelves de la cocina con un beso,

me afeitas la barbilla con las manos

y me tiemblan los huesos,

y me tiemblan los huesos;

parece que han menguado los enanos

del circo de esta noche en tren expreso

que traquetea travieso,

que traquetea travieso.

 

Y mueves tu perfecto culo inquieto

de un brinco, y te vistes mi camisa

sobre tus senos,

sobre tus senos;

te sales al balcón a oler la brisa,

me quedo solo y me siento un boceto

que va de más a menos,

que va de más a menos.

 

La cama es sombra como un mar sin manto

de estrellas, una obra sin sainete,

como un boquete,

como un quebranto,

como un diablillo convertido en santo.

 

Me siento como una jaula de grillos

que gime y llora para poder salir,

un sol sin brillo;

un pino del revés; un bocadillo

que muerden sin piedad; como un barquillo

que deja tras de sí

migas sin rastro; y mientras se clausura

esta aventura,

creo que me ha invadido la locura…

 

Que empiezo a saltar desde las alturas

si no vienes aquí

y me traes tu mirada sin censuras,

que pierdo el alma, el siglo, la cordura…

 

La cama es un bosquejo mientras tanto,

como el entierro de un viejo ciprés

o uno de los quinientos dedos de un ciempiés,

como un futbolista en el banquillo; como un barquillo

que deja tras de sí migas sin rastro,

migas sin rastro…

 

No espero que construyan las aceras

hasta que estés aquí

y que amanezca (¡chas!) cuando tú quieras,

que gano el norte, el mundo, la quimera...

 

La cama es un silencio mientras tanto,

como la duda del ser o no ser

o un piso de soltero en alquiler,

como un otoño sin amarillo; como un barquillo

que deja tras de sí migas sin rastro,

migas sin rastro…

 

Me siento solo en un aniversario,

con frío, miedo y colgado de ti;

un calendario

que los meses perdió; como un corsario

que deja tras de sí

migas sin rastro, sin mapas de tesoros,

plata y oro,

a la deriva en un mar incoloro.

 

Me pierdo en laberintos de pintura

hasta que estás aquí,

hasta que se me acerca tu cintura,

y me quema el olor de tu figura.

 

La cama es una nave en el espacio

que a la deriva viaja como un pez,

como un dos que se ha convertido en tres,

como un loco buscando su tornillo; como un barquillo

que deja tras de sí migas sin rastro,

migas sin rastro…

3 comentarios

Cerro -

Gracias, Fan Fan Naná; saludos.

Naná -

.¡¡¡PRECIOSA!!! Me he quedado como la H de tu abecedario: muda aunque intento hablar.Qué
metáforas, que comparaciones... ¡qué originalidad!
Y encima tienes
suerte,porque "Cenicienta" es traviesa, pero no puede disimular que te quiere, ENHORABUENA

Una fan muy fan -

No quería ser la primera por aquello de no ser la “pesada” de costumbre. Pero sí, ya sabes que me encantan tus escritos, me gustan, me entretienen, me divierten… Y lo que siento es no saber comentar la originalidad que hay en ellos, la capacidad de comunicación que tienes, la libertad en expresión de sentimientos profundos y sencillos a la vez. Siempre los encuentro amenos y repito la lectura, lo que me lleva a distintas interpretaciones. Y si son poemas, ¡más difícil todavía!
En “Noches de tesoros” se vive y aspira el ambiente a través del color y el olor de las palabras. Eres bastante pirata y la “picardía” de tus imágenes le imprimen un cierto aire erótico al poema.
Y qué decir de “Migas sin rastro”, es más íntimo… hay que leerlo despacio.