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Cerrolaza

DESPEDIDA DULCE

DESPEDIDA DULCE Noche con colores
de óleo y escarcha
blanca, fría, muda,
y recién pintada.
Como cuatro perros
jugando a las cartas,
o cuatro esqueletos
echando las tabas,
borrachos caminan
en la madrugada
de un ronco diciembre;
tres dongs de campana.

A su paso salen,
rojas las pisadas,
dos lindas mujeres
con mirada amarga.
Una es hija suya,
la otra su hermana,
rebusca en su bolso,
saca una navaja.
Se acerca al más alto,
un galán sin alma
que se cae al suelo
de una cuchillada.

Los tres hombres vivos
se miran las caras,
el padre, en el medio,
pregunta: "¿qué pasa?,
¿te me has vuelto loca
que a mi amigo matas?"
Las hijas lo miran
y le dan la espalda.
Como en un silbido
dicen en voz baja:
"A hierro termina
quien a hierro mata".

Se quita la blusa
la niña más baja,
enseña a su padre
su espalda morada
por golpes, por palos,
la chica violada.
"A hierro termina
quien a hierro mata".
Despedida dulce,
amarga venganza.

1 comentario

Espuma -

¡buf!un poema buenísimo Cerro, lleno de verdad que aunque cruel, existe, desgraciadamente.

me gustó.