Allí, en la playa
Una lechuga iba rodando montaña abajo, la habían lanzado unos pilluelos para ver cómo se rompía al chocar contra alguna roca, sin embargo, la lechuga saltó los obstáculos y consiguió llegar rodando hasta el mar, allí se tumbó en la arena para ponerse morena. En esto que apareció un tomate y le dijo: "ten cuidado, lechuguita, yo estaba verde como tú y mira lo colorao que me he puesto por tomar el sol aquí" y soltó una lagrimita de ketchup. A la lechuga no le había dado tiempo a responder cuando oyeron llorar un bebé; se levantaron preocupados y fueron rodando un poco más allá, hacia el llanto; cuál fue su sorpresa al darse cuenta de que no había ningún bebé, sino una cebolla, porque las cebollas hacen llorar a los hombres, pero lloran como los niños; Lechuga y Tomate intentaron consolar a Cebolla, para lo que se pusieron a jugar al veo veo: "¿qué ves?" - dijo intrigada Cebolla -; "una cosita que empieza por la C", respondieron al unísono Tomate y Lechuga; pero, por desgracia, amiguitos, no les dio tiempo a terminar el juego... resulta que esa cosita que empezaba por la C era yo, Cerro.
Aquella mañana me hice una de las mejores ensaladas que recuerdo. Y allí, en la playa, mientras contemplaba jugar a las olas con el ritmo, me la comí en un periquete, claro.
3 comentarios
lau -
Un besote
Cerro -
Un abrazo.
gladys -