BATRACIOS
Las puertas de un país ensombrecido,
con muro ceniciento no barrido,
se cierran con llave a la misma hora
que despiertan al ojo dormido
bajo un techo con goteras de aurora.
Y dícese de ellos diligentes
- de un corcho no parecen diferentes,
sus cuernos de alcornoque sin encanto
lucen como pinturas fluorescentes -,
que engañan o engañados, monta tanto.
Donde dijeron "digo", dicen "dijo"
y acusan al que es pródigo o es hijo,
no hay vuelta de una tuerca que se enrosque
más que su vil serpiente contra fijo
o móvil, transparente ven el bosque.
Desmienten que algo fuese verdadero,
que es cierto, pero incierto fue primero,
y estrellan, boca a boca, sus migrañas,
sus entradas de mar de calvicie de enero,
sus enredos de postal, sus telarañas.
Hoy prohíben en sueños hasta el tabaco,
si fumas serás el hombre del saco,
recuerdos de un Chicago adolescente,
recuerdos de los polis contra el caco,
recuerdos de un respeto algo incoherente.
2 comentarios
Cerro -
Té la mà Maria -
besos